Traducción de Teresa – teresa_0001@hotmail.com
“Pero yo os digo que todo aquel que mira a una mujer para desearla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.”
Mat 5:28
¿Sabes cuando ves aquella tía buena en la calle y ella, sin saber que tú la estás mirando, nota una “perturbación en la fuerza” y se compone, verificando si el sujetador está en su lugar, o se baja más la blusa? ¡Eso es metafísica! O ciencia, si dependiese de la directora del Instituto de Ciências Noéticas de Califórnia, Marilyn Schlitz.
Ella se ha vuelto muy querida por la prensa cuando, el año pasado, el escritor Dan Brown (aquel de El Código Da Vinci) afirmó haberse inspirado en el trabajo de ella para escribir el libro “El Símbolo Perdido”. La investigadora estuvo en Portugal este mes para presentar sus estudios en el Simposio “Más acá y más allá del cerebro”. Autora de innumerables artículos científicos sobre medicina alternativa y complementaria, Schiltz desarrolló varios modelos experimentales para poner a prueba la hipótesis de la posibilidad de que alguien influya sobre otra persona que está distante y que no sabe que está siendo objeto de atención. A través de medidas fisiológicas (como el calor y el sudor de la piel), se midió el efecto de la intención dirigida por el “influyente” en el sujeto pasivo. Los resultados demuestran que hay modificaciones “estadísticamente significativas” – es decir, que no pueden explicarse por la casualidad – en las personas que han sido objeto de observación.
Más: los resultados son todavía más expresivos cuando las personas implicadas tienen un vínculo entre sí. En una investigación en la que había matrimonios, en que uno de los dos padecía cáncer, se pidió al elemento sano que participase en un proyecto de entrenamiento espiritual con la intención de dirigir amor y compasión al compañero. En diversas ocasiones el individuo sano se concentraba en el que estaba enfermo e intentaba transmitir sentimientos benévolos. Aun sin saber que estaba siendo objeto de ese proceso, el cuerpo del elemento enfermo registraba alteraciones muy significativas, asegura la investigadora.
Estos resultados parecen indicar, en la opinión de Marilyn Schlitz, que hay una conexión entre las personas, a un nivel todavía no cabalmente explicado, que es tanto mayor cuanto los sentimientos que las unen. La convicción personal de la investigadora es que estudios científicos como estos llegan a fundamentar las tradiciones espirituales y las teorías metafísicas de que todo y todos estamos conectados.
“Lo que hacemos es usar los lentes de la ciencia para empezar a explorar la naturaleza de nuestra experiencia interior. Y lo que ciencia nos está diciendo es que hay medios por los cuales el binomio mente-cuerpo de una persona está ligado al de cualquier otro”, afirma.
Vale, el Instituto Noetic no es el más imparcial para ese tipo de pesquisas, pero es el que se ha interesado por estos fenómenos. Cabe a universidades y otras organizaciones intentar reproducir – o refutar – tales experimentos.
Fuente: STUM World
Referência:
Jornal de Notícias (Portugal)
