JESÚS Y LA TORAH

Traducción de Monica Aliss – monica_aliss@hotmail.com

Estaba pensando en la relación de Jesús con el Viejo Testamento, y llegué a la conclusión de que, si por un lado Jesús vino a dar continuidad a la alianza entre Dios y el pueblo judío (“No fui enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”) por otro lado Él solapó la rigidez de la Torah (conjunto de Leyes y tradición del pueblo de Israel, que están insertadas en nuestro Viejo Testamento juntamente con otros libros).

En cuanto la doctrina de la Torah es nítidamente basada en una sociedad patriarcal, jerárquica, rígida, agresiva/afirmativa, normativa y con gran preocupación por la FORMA, Jesús vino trayendo una doctrina femenina, intuitiva, integrada, flexible, dulce, casi taoísta, que valoriza el CONTENIDO. Los enfrentamientos verbales que vemos con los Fariseos son simplemente el choque cultural y religioso con los observadores de la Torah. La parábola del Samaritano es la grande síntesis de eso. Él dice que seguir la Torah es equivocado, que el ESPIRITU de ella se perdió en medio de tantas prohibiciones y rituales, y que fue ese espíritu que Él intentó rescatar. El tiempo de Jesús (2.000 años atrás) ya no era adecuado para que se continúe reproduciendo/simulando conductas de una sociedad que ya tenía como mínimo 1.000 años EN AQUELLA ÉPOCA. Era tiempo de una nueva alianza, una nueva conducta.

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer Mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.

Mateo 22:34-40
Jesus legal

Hay un pasaje que es muy citado para justificar que el Viejo Testamento fue rectificado por Jesús. Pero una lectura atenta va a hacer notar como este hombre, sutilmente, sin agredir a las creencias de la época, invoca el Censo de Justicia, así como Platón lo hizo anteriormente para rescribir los mandamientos para una nueva Era, no de miedo e imposición, pero si de COMPREENSIÓN:

No penséis que he venido a abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que lo haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Mateo 5:17-20

Y ahí, en seguida, Él comienza la relectura de los mandamientos, con “Ya decían los antiguos: No matarás”; ahí abre el abanico de comprensión, al decir que, si tú sientes rabia por alguien, eso es tan malo como matar. Lo mismo con el adulterio. El problema no es el acto del adulterio, sino lo que está en la cabeza de la persona, ¡aunque ella nunca toque a la otra! ¡Él saca el foco de lo físico y lo trae hacia lo psicológico!

EL REINO

Creo que los judíos son un pueblo especial, de cierta forma elegidos de Dios. Son extremadamente inteligentes, desenvueltos y con gran tino para ganar dinero. ¿Que otro pueblo nos daría a Jesús, Einstein, Freud, Spielberg o Borat? Pero la relación de los judíos con su tierra y sus símbolos sólo les ha traído dolor y sufrimiento, con un derramamiento de sangre generalizado, ¡durante milenios! ¡Y cíclico! Y es interesante notar que todo comienza con la promesa de Dios de que existe un lugar para ellos (la tierra prometida) y ahí comienza toda la confusión que llega a los días de hoy con toda la carga emocional, religiosa y política prácticamente intactas. El apego a la tierra refleja el ansia de un pueblo que vivió sin ella por millares de años. La arrogancia hacia los vecinos refleja un pueblo que fue el más extensamente atacado y humillado en la faz de la Tierra. Y así el péndulo kármico se detiene extensamente en los extremos…

Jesús, una vez más, dio la receta para su pueblo ejemplificada en Él mismo:

Los zorros tiene sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza

Mateus 8:20

Fonte: STUM World

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